Nacida en Santiago de Chile, sentí, desde el jardín de infancia, la necesidad de expresarme a través del dibujo y la pintura, de revelar mi alma a través de los gráficos, autodidacta, trato de descubrir cada día nuevos estilos, siempre manteniendo una preferencia por el surrealismo y el óleo.
Era, tan natural, esta forma de expresión que no me quedé sin dibujar, sin garabatear y comencé a exhibir mis obras que en 1992, invitada por amigos, a una exposición colectiva en el Pabellón de las Artes en Pau, una secuela las exposiciones siguen, en Pau y el país vasco.
En el parlamento de Navarra obtuve un primer premio con "Comedor de pintura", un segundo premio en Eugenie-les Bains con "Los nénufares de Eugenia".
Pintor del alma sería lo que mejor me refleja, es esta mi pintura favorita, pintando sueños, situaciones, sentimientos, preocupaciones humanas y sociales.
Pintar la historia de vidas, o caminos, me encanta, porque tengo que ponerme en la piel de la persona, como actor en su papel, para vivirla, para ilustrarla.
La renovación de cada día no me permite encerrarme en un estilo específico, porque para mí la pintura es una aventura, aquella que me permite descubrir cada nuevo lienzo.
Los sujetos realistas siguen siendo, para mí, solo un ejercicio para desarrollar mi destreza visual y manual.